
POR: JOSE TRINIDAD MELENDEZ HERNANDEZ
¡Que bello, perfumado, tierno y amanecer tiznado de oro, me despierta vuelvo, amor vuelvo!!. A sentir el olor a tierra mojada y tus recuerdos donde infinitas cosas se extrañan… Donde tantas cosas se olvidan, los atoles, serenatas, amores de infancia… El bullicio de la ciudad.

Quiero quedarme en este espacio, ondulado, de pinceladas verdes, rebozar de la dicha, que me bañen los incesantes rayos de oro que desde tus cielos se derraman cada día en placer y abundancia y los que resaltan tus gracias, para el que te lleva, te palpa y te ama.
¡Quiero gritar desde donde estoy! Vitorear que eres mi lugar favorito!. Que enclavado llevo tu nombre CONCHAGUA!, desde que me vistes nacer desde que el aire me lleno, y oísteis mi primer llanto en la nocturnidad aclamarte desde la cumbre, desde donde el celaje se pinta con el mar.

Como olvidar el sonido que desde la alta torre emanan tus campanas, acompañando las alegrías, las tristezas, hasta una oración celestial. Las melodías del pito y el tambor que hacen danzar a propios y extraños al son de los viejos locos, el torito pinto, moros y cristianos.
Siempre resplandeciente la inquebrantable fe del Corazón nativo, cada día hincha su pecho al calor del sol y al aroma de sudor y tierra. Para herir surcos, para sembrar esperanzas, y cultivar sustentos así es la sangre de mi pueblo que viene desde hace mucho tiempo.

¿Como buscarte para poder llegar? ¿Como soñarte para edificarte? Tus hijos que se fueron desparramando… Por doquier lloran tu vacío. Más los imponentes Jacobo y Santiago se yerguen majestuosos para servir de norte a los viandantes que buscan tu Consuelo.
Bajo el sol, la luna, bajo la lluvia, la alegría y el desencanto, quiero Caminar descalzo sobre tus veredas, correr sobre tus parajes, canto triste dulce nostalgia, nostalgia dulce salpicando mi consuelo que me hace buscar y me señala el camino hacia mi querido Conchagua.
Y aunque la fuente abundante y cristalina sea un recuerdo, y las calles empedradas no calen mis pies al palparte y pasearte, aunque la nocturnidad de los arpegios y las candilejas enmudezcan así te amo, así me quiero quedar contigo hasta ver mi última estrella.
JULIO 2021.




REFERENCIAS:
- Escritor: José Trinidad Meléndez Hernández.
- Fotos Cortesía de : José Trinidad Meléndez Hernández.
- Fotos Cortesía de : Edwin Miguel Flores.
- Foto Cortesía de : Werner Rodríguez.
- Foto Cortesía de: Leydis Meléndez.

Sin duda alguna se eriza la piel al leer tan bonito poema, gracias por compartir y hacernos sentir orgullosos del lugar donde vivimos
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