HISTORIA DE LA PILONA

Hace muchos años que los Conchaguas iban y venían de un lugar a otro, huyendo por los malvados piratas, hasta que un día se radicaron en las faldas del volcán que conocemos como CONCHAGUA; en este tiempo eran unas cuantas familias que solo anhelaban la tranquilidad, dedicados al cultivo, la caza y siembra.

Cierto día, el jefe de los Conchaguas reunió a todos los hombres para que juntos construyeran una gran pila en la montaña que actualmente conocemos como CHILAGUAL, pues la Diosa de las aguas le había revelado en sueños que en ese lugar surgiría una gran vertiente y que esas aguas servirían para mitigar la sed de los habitantes y sus descendientes. Trabajaron sin descanso día tras día desde el amanecer hasta él anochece, al cabo de varias semanas terminaron LA PILONA y como no había brotado ni una gota de agua, los Conchaguas pensaron ofrecer por medio de sus ritos propios de ese tiempo, ya que LA PILONA fue construida a la Diosa de las Aguas.

Y fue ese mismo día, cuando ya muy tarde dejaba escapar su esplendor, que los pajaritos de la montaña con sus bellos trinos anunciaban la llegada de la Diosa; mientras en el caserío los Conchaguas aún festejaban, ¡cuando de repente! Apareció en la cumbre del volcán una pequeña nube en forma de serpiente con alas que se fue haciendo cada vez más grande hasta abarcar completamente el cielo. En ese instante comenzó a llover y a llover tanto que algunos ancianos creían que era otro diluvio; a la mañana siguiente la lluvia ceso, el sol volvió a iluminar y los Conchaguas se dirigieron a la montaña para ver que como se encontraba la pilona y tal como lo esperaban se encontraba llena y rebalsando; desde ese día rebalsaba invierno y verano, era tan limpia y cristalina, los abuelos decían que al tomarla se rejuvenecían. Nadie podía ensuciarla, se decía que en la fuente habitaba la serpiente con alas que había descendido el día que se llenó por primera vez la pilona.

Así pasaron muchísimos años hasta que un día apareció una bruja de Managua diciendo al ver la hermosura de las aguas que ella quería bañarse dentro de ella. Los Conchaguas no se lo permitieron, pues para ellos eran aguas sagradas porque era el recuerdo de una Diosa y porque temían que la serpiente se enojara y la devorara. Enojada la bruja, los amenazo diciendo que se llevaría el encanto de las aguas; sucedió a la semana siguiente, la malvada bruja se acercó de forma inocente saco una concha de huevo y la lleno de agua, retirándose con la misma inocencia conque había llegado desde ese día La Pilona empezó a secar, al ver esto los Conchaguas comprendieron que la bruja había cumplido su sentencia dedicándose desde ese día a seguir incansablemente a la malvada bruja caminaban de un lado a otro y siempre encontraban la misma respuesta “Ayer paso por aquí” hasta que se les apareció cierta noche el espíritu de un nativo de Conchagua que había muerto siete años atrás diciéndoles que montaran el día siguiente sobre tallos de huerta, que con ellos (tallos) los llevarían hasta donde se encontraba la fugitiva.

Y a si lo hicieron y parecía todo aquello increíble, pero los tallos se deslizaban con tanta rapidez en la tierra como en el agua, los Conchaguas no tardaron en divisar a la bruja; está al verlos llegar siguió su camino, pero haciéndose invisible más los conchaguas no se dieron por vencidos y siguieron no duro tanto la persecución esta vez, porque la bruja por ir viéndolos se descuidó y se fue a un gran precipicio causándose la muerte y además causo el derramamiento del agua que contenía la concha de huevo.

A consecuencia de esto, en ese precipicio empezó a brotar el más grande vertiente que se conoce en todo Centroamérica. Los Conchaguas tuvieron que conformarse con el nuevo destino de las aguas de LA PILONA, regresando a sus hogares con el pesar de no haber recuperado el agua que había robado la bruja. Algunos Conchaguas se fueron a vivir a las orillas del nuevo vertiente donde hoy lo conocemos como LAGO XOLOTLAN O LAGO DE NICARAGUA, otros Conchaguas se quedaron para engrandecer lo que ahora conocemos como CIUDAD DE CONCHAGUA y desde ese tiempo los Nicaragüenses y Conchaguas se sienten como hermanos, ya que comparten las mismas aguas que la Diosa les dio aquella tarde.

En la actualidad La Pilona siempre posee agua y corre vertiente no abundante como aquellos tiempos, en invierno se encuentra llena y los abuelos siempre la recuerdan porque era la historia que sus padres les contaban que por muchos años jalaron agua desde ahí hasta sus casas y a la vez iban a lavar y les mitigaba la sed, era un lugar de encuentros y encantos.

BIBLIOGRAFIA:

• Monografia de Conchagua.
• Documento Escrito de Sr Carlos Argelio Ramirez, Q.E.P.D.
• Narraciones de los Abuelos Conchaguenses.