Conchagua, cuna de gente trabajadora, amable, humilde y emprendedora. Cuna de artistas que con el sonar de la melodía nos dan esperanza cada día.
Cuna de luchadores que con cada amanecer y los primeros rayos del sol se levantan a emprender camino por veredas de tierra y empolvadas que se pierden entre las milpas que se pueden contemplar en las faldas de tu volcán.
Hermoso volcán que para el golfo es su guardián. Golfo con su archipiélago de bellas islas y playas encantadoras que Dios nos dio para contemplar y cuidar, siendo el punto de partida de nuestros artesanos de la pesca. Hombres valientes que a diario recogen el sustento de sus familias.
Conchagua, mi alma y cuerpo vibran al verte, suspiro al andar por tus calles que me encaminan hasta tu bello parque y tu templo colonial… mientras el sol también sigue su camino en el cielo despejado al caer de la tarde.
Y… enamorado por tanta belleza en tus amaneceres y atardeceres me provoca fundirme en el ambiente de ese momento, sorprendido miro y contemplo la pureza de mi tierra. Mi Conchagua que tanto amo que parecieras decirme y convencerme que no quiero irme nunca de tu lado.
Porque el tiempo se detiene en mí… Pareciera eterno estar aquí… ¡Al sentir el cariño… La calidez de un saludo…de una mirada… Una sonrisa que te hacen recordar que estas en casa… En tu hogar… Que es lo que más amas con el corazón…y mi corazón guarda lo más valioso que tiene mi tierra…su bella gente… Mi gente…!!!
Autores:
Kenia Rovira y Milton Flores
Conchagua, Lo Mejor de Mi Tierra 